jueves, 5 de noviembre de 2015

¡Desenchúfate un rato!

Por Franco Iberico Lozada

“Los videojuegos son violentos”, “jugar mucho te daña el cerebro”, “te vuelve un adicto”
Estas son muchas de las afirmaciones que se suelen escuchar acerca de los videojuegos, y esto es así gracias a los medios. Las pocas noticias que se exhiben sobre videojuegos son acerca de escándalos basados más en el sensacionalismo y el desconocimiento que en la objetividad de información. ¿Pero qué tan cierto son aquellas afirmaciones?


Adicción, violencia, trastornos en la personalidad, sexismo y otros temas son los que los medios han tomado como puntos para poder satanizar los videojuegos. Estos no hacen más que desinformar a la sociedad y alimentar los prejuicios sobre los videojuegos y sus jugadores. Las investigaciones han logado desmitificar muchos de estos tópicos pero esta información es poco conocida ya que se limita a un público especializado mediante revistas para profesionales en la psicología y la educación.

Por años se ha dicho que los videojuegos vuelven adictos a sus jugadores.  La palabra “adictivo” no es igual a “algo que crea adicción”. Adicción significa “la dependencia, a una sustancia o actividad, de tal intensidad que altera el habitual funcionamiento fisiológico, psicológico y comportamental de la persona” por lo tanto se entiende  que un adicto a los videojuegos cambia su estilo de vida y termina siendo dominado por estos. Mientras que la palabra “adictivo” es un término al que los jugadores le han dado un significado muy personal, muy lejano de ser negativo, sino todo lo contrario, es usado con una total naturalidad, con la premisa de que un buen videojuego ha de ser tanto jugable como adictivo.


Ludopatatia
Es cierto que una pequeña cantidad de jugadores termina siendo adicto, pero estos adictos pertenecen al grupo que existe en cualquier  otro conjunto de personas, por ejemplo, los adictos al trabajo, a la televisión, etc. Según Ricardo Tejeiro, doctor en Psicología y en Periodismo en la Universidad de Málaga (España), los videojuegos no constituyen un peligro para la mayoría de los usuarios, al menos mientras su conducta de juego sea conocida y, en cierto grado, "controlada" por los adultos en caso de niños o por los propios jugadores. Esto deja en claro que la adicción es una patología independientemente de los videojuegos. Cuando vemos en las noticias que un joven ha muerto por estar jugando varias horas sin comer y sin dormir es porque ya presenta esta patología antes de haber jugado, pero los medios de comunicación generalizan este caso aislado con los demás jugadores haciendo ver que todos terminan de esta manera. Con las epilepsias es el mismo caso. Los medios parecen afirmar que la causante de esto son las luces intermitentes que se producen durante el juego; pero según Juan Alberto Estallo, psicólogo de la Universidad de Barcelona, raras veces se suele aclarar que las crisis epilépticas supuestamente ocasionadas por los videojuegos no son más que la manifestación de un trastorno ya existente.


La violencia en los videojuegos es otro punto de crítica. Albert Bandura, psicólogo ucraniano-canadiense, demostró que los contenidos violentos en la televisión influyen en el comportamiento de los niños. Esto hizo que surgiera la idea de que con los videojuegos pasaría lo mismo. Sin embargo, Bandura dijo en su día que la violencia televisada inducirá comportamientos agresivos solo en determinadas circunstancias, entre ellas, que los actos violentos que el niño ve en televisión sean categorizados por éste como legítimos o no prohibidos. Por lo tanto la categorización que hacen estos depende de la familia y los compañeros. No hay duda de que existen videojuegos violentos, pero esto no quiere decir que este abierto para todo tipo de público, lo mismo pasa con las películas. 



Los investigadores están de acuerdo en reconocer que en un número determinado de videojuegos se  pueden ver actitudes violentas. Pero las investigaciones no muestran evidencias claras sobre los efectos de estos contenidos en los jugadores. Citando al doctor Pere Marques, profesor del Departamento de Pedagogía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona:”Hemos de admitir que la contemplación de los telediarios y la lectura de las noticias de los periódicos proporcionan muchos más ejemplos de violencia y de comportamientos indeseables que los videojuegos, con el terrible añadido de que no constituyen unauna ficción."

 Los videojuegos permiten el ejercicio de la fantasía, el desarrollo de la interacción social (aunque se piense lo contrario), estimula el aumento de la atención, reflejos y el autocontrol, etc. Lo más importante no es prohibir sino informar, ahora se sabe que no está demostrado que los videojuegos produzcan efectos negativos en los jugadores.